El 28 de octubre del año 1943, cuentan las crónicas de aquellos tiempos, que se llevó a cabo en el astillero naval de Philadelphia un experimento a bordo del destructor clase escolta llamado el USS Eldridge, número DE-173.
El experimento se denominó Experimento Filadelfia o Experimento Arco Iris. Hablar del experimento Filadelfia supone hablar de uno de los mayores logros de la historia, la desaparición de un barco entero. Una desaparición que no solamente era indetectable al radar, sino también indetectable a la vista.
Con la aplicación teorías como las de Albert Einstein y Nikola Tesla entre otros, el barco fue dotado de dispositivos electrónicos y magnéticos capaces de generar un campo energético en su estructura y volverlo visualmente invisible intentando aplicar la teoría del campo unificado del propio Albert Einstein.
Dicha teoría, en pocas palabras, postula la interrelación existente entre las fuerzas que componen la radiación electromagnética y la propia gravedad.
Se pensaba posible, con equipo especializado y energía suficiente, curvar la luz alrededor de un objeto de tal manera que se volviera esencialmente invisible a los ojos de los observadores.
Según se afirmaba, el experimento fue un gran éxito pero a un costo enorme en vidas humanas. Ese experimento consistió en la creación de un campo de fuerza que hacía que la nave invisible tanto para la vista como para el radar.
Las pruebas habrían empezado el 22 de julio de 1943, ese día el USS Eldridge (DE-173) se volvió al indetectable al radar y casi totalmente invisible a la vista.
Habían funcionado los planes, eran invisibles al radar ya que no detectaba al barco, por lo que el fin del programa se cambió, ahora era una prioridad que el barco fuera invisible a la vista.
El equipo fue recalibrado y el nuevo experimento se llevó a cabo en los astilleros navales de Filadelfia, en el estado de Pensilvania, el 28 de octubre de 1943.
Se dice que el experimento fue presenciado por cientos, posiblemente miles de marineros tanto en tierra como en buques cercanos así como científicos a una distancia prudente. Una niebla verde ascendió alrededor de la línea de agua hacia arriba, y eventualmente envolvió a la nave entera.
Cuando la niebla comenzó a disiparse, los testigos quedaron estupefactos: El USS Eldridge había desaparecido.
El buque no sólo se había vuelto indetectable para el radar, sino que también era totalmente invisible a la vista, pues de hecho desapareció totalmente del área acompañado de un relámpago azul.
El USS Eldridge consiguió la forma suprema de camuflaje: La invisibilidad.
Al mismo tiempo, sin embargo, ocurrió otro hecho increíble.
El personal de la base naval estadounidense en Nolfork, Newport News, Virginia, ubicada a cientos de kilómetros de distancia, reportó haber visto al Eldridge durante 15 minutos, al final de los cuales desapareció, para volver a aparecer en Filadelfia, en sus coordenadas originales.
Por desgracia, hubo efectos secundarios graves a la tripulación a bordo del buque al volver a aparecer. Nadie esperaba lo que iba a ocurrir: Algunos fueron hallados molecularmente mezclados con el metal de la nave, otros desaparecieron.
Dos fueron encontrados con vida en cubierta con medio cuerpo fundido con el metal. Algunos se envolvieron en fuego. Otros se volvieron locos y caminaban por el barco los restantes simplemente desaparecieron.
Hubo un reporte de un bar en el que se describía que unos militares habían estado departiendo en ese lugar: Que sin saberse el motivo empezó una pelea entre los marineros, pero con una diferencia respecto a otras peleas de bar ya que los marineros aparecían y desaparecían, se disiparon en el aire ante los clientes, estaban allí y de repente habían desaparecido.
De una tripulación de 181, sólo 21 sobrevivieron, muriendo un poco después, 40 murieron y 120 nunca regresaron. Algunas de las víctimas fueron hospitalizadas pero catalogadas como muertas en combate.
El proyecto también llamado “arcoiris” fue cancelado. Las cartas de navegación como la bitácora del barco se perdieron para siempre. El Instituto Naval norteamericano no tiene casi fotos en sus archivos de este barco. Los tripulantes del barco se esfumaron de la faz de la tierra, al igual que sus fichas informativas.
El barco fue vendido a Grecia en 1951 casi desmantelado. En la manera típica de la marina de guerra, por supuesto, oficialmente todo se ha negado.
Por alguna razón, esta prueba fue encubierta poco después de que el experimento había terminado y algunos dicen que es porque se hizo un gran descubrimiento científico y la nave fue transportada con precisión en el espacio y el tiempo y luego reapareció.
¿Cómo salió a la luz entonces el Experimento Filadelfia?
La respuesta es a través de una serie de cartas enviadas por Carl Meredith Allen bajo el pseudónimo de Carlos Miguel Allende. Con una prosa un tanto peculiar y abundantes faltas de ortografía, Allen describía el supuesto experimento de teletransportación en una correspondencia mantenida con el escritor y ufólogo Morris Jessup.
Aunque el marino nunca aportó ninguna prueba fehaciente de lo que decía, Jessup quedó fascinado por el relato y lo incluyó en un libro titulado El Caso de los OVNIS
En 1955 Morris Ketchum Jessup uno de los primeros investigadores del fenómeno OVNI de oficio vendedor de automóviles.
Muchas personas hicieron dinero publicando las cartas que Carlos Allende había enviado. Todos hacían dinero excepto Carlos Allende la mente detrás de toda la historia.
Por lo que frustrado por la situación, en 1969 se presentó en las oficinas de la APRO (Aerial Phenomena Research Organization) en Tucson Arizona y aseguró al investigador Jim Lorenzen que él era el autor de las notas y de las cartas a Jessup y que toda la historia del buque teletransportado era mentira.
Dijo:
“Son las mentiras más delirantes que jamás he escrito, todo fue una broma”
Las autoridades dejaron de investigar.
Claro que la leyenda no paró aquí, se siguieron publicando libros con la historia mencionada como algo verdadero y debido a que Carlos Allende volvió a desaparecer, el misterio continuaba para los que querían ver misterio donde no existía misterio alguno.
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